viernes, 18 de marzo de 2011

UNA CARTA PARA MI PADRE

AL TÍO PEPE DEL ARCELLON, MI PADRE

Hola papá, ¿sabes?, hoy he estado caminando y he llegado hasta El Arcellón. La última vez que estuve allí, me asomé a la habitación donde el abuelo pasó sus últimos días. A mis ojos asomaban dos lágrimas de emoción y nostalgia cuando sonó mi móvil, era Jesús el del taller, me dijo que te habías desplomado en la acera de tu casa y que parecía muy grave, por lo que él mismo llamó a un médico y una ambulancia. Muchas gracias Jesús; jamás olvidaré esa acción. Vaya si era grave, que pasadas unas tres horas, ya estabas en el Cielo. No habías muerto, ¡NOOOO!, sólo dejaste de estar en la tierra para desde Arriba seguir velando por nosotros.

Cuantos recuerdos, papá, cuantos recuerdos. Recuerdo cuando se barbechaba y sembraba con la mula Castaña, cuando trillábamos en la era, cuando íbamos Perico con la Castaña y yo con la burra hasta Los Villares a por agua para beber. Siempre lo hacíamos en competición y como es lógico, siempre perdía el de la burra. Recuerdo cuando pastoreábamos el ganado con ayuda de la perra Fina, a la que, cuando murió, hicimos un solemne entierro. Un día estábamos Perico y yo con el abuelo pastoreando en la cañada del Volagar y, cosas de niños, le desobedecimos y lo enfadamos. Al enterarte, pretendiste castigarnos “con la correa” pero tuviste que “poner tierra de por medio” porque al ver tus intenciones, el abuelo quiso darte a ti con el cayado. ¡Que bueno era el abuelo! A los pocos días perdió las gafas; yo salí a buscarlas y conseguí encontrarlas cerca de la casa del tío Antonio El Hormigón. Como premio, me regaló nada menos que dos reales, o sea, media peseta.

Papá, este escrito tiene dos principales intenciones: pedirte perdón y darte gracias.

Te pido perdón por el mayor disgusto que te causé, que fue el dejar mis estudios sin un título universitario, con tanta ilusión que esto os hacía a ti y a mamá. En secreto, me juré a mi mismo, que si yo tenía hijos haría todo lo posible para compensar tu disgusto. Pues bien papá, mi hija mayor sin haber suspendido jamás, ya es Diplomada en lengua extranjera, en Ingles. ¡Casi nada!. Esta alegría y este orgullo que siento, ¡van por ti papá! Te suplico ayuda para convencer y motivar a los otros dos nietos que tienes por parte mía, así podré considerar saldada mi deuda.

Te doy las gracias por ser mi padre, el mejor padre que nadie haya tenido jamás. Gracias por como has sido: hijo ejemplar, extraordinario hermano, único como esposo, el mejor de los padres, increíble como abuelo y bisabuelo, amigo infinito, compañero de todos… compañero. Gracias por los valores que nos inculcaste a los cuatro hermanos. Aún recuerdo cuando a mí me dijiste: jamás cojas nada que no sea tuyo, si coges aunque sea un lápiz, a la casa no vengas que no hay cabida para ladrones.

Gracias papá por haberte venido a pasar tu última etapa en la tierra a Sucina donde dejaste tan buen rastrojo. Tuviste infinidad de amigos y todo el que conocía tu procedencia, siempre decía lo mismo que todos habían dicho en nuestra tierra: ¡qué gran hombre es el tío Pepe del Arcellón!

Para concluir copio una frase de una canción de Alejandro Conde para gritar a los cuatro vientos: Dios mío, que orgulloso…. ¡QUE ORGULLOSO QUE ME SIENTO DE TENERTE COMO PADRE!

Hasta siempre papá.

Antonio Martínez Meseguer (Antonio del Arcellón)

10 comentarios:

Peluqueria unisex Mari Carmen y Javi. Sucina dijo...

¡¡Guauuu!! Arcellón, qué lloraera me ha entrado, jomiooo.
¡PRECIOSO! ¡PRECIOSO! ¡PRECIOSO! escrito para tu padre.
Él, aunque está en el Cielo, te ve, te da fuerzas, vela por ti y seguro, se siente muy, pero que muyyyy orgulloso de su hijo.
Le has dedicado un escrito lleno de cariño, ternura, nostalgia y amor que me ha emocionado tanto y se me han puesto los pelos de punta al leerte.
¡Felicidades! Por esta "confesión" compartida con nosotros. ¡Felicidades! por esa esposa y esos hijos tan maravillosos que tienes y ¡Felicidades! por ser como eres.
Un abrazo.
Mari Carmen.
P.D. Yo también me siento muy orgullosa de ser tu amiga.

Weyler dijo...

¡Qué cosas más bonitas escribís en Sucina!
Menos mal que existe este blog y así puedo leerlas.
Enhorabuena por tener el padre que has tenido y gracias por compartir tus recuerdos y vivencias con nosotros.

Juan Antonio Lopez Iniesta. dijo...

Un buen amigo me hizo una pregunta:
¿Juanico, cuando muere una persona?.
Yo le contesté:
Cuando su corazón deja de latir...
El respondió:
Una persona muere el día que se le deja de recordar. Cuando te levantes y la recuerdes, cuando un olor te la haga recordar, cuando en una ocasión vivida la recuerdes.. vivirá dentro de tu corazón, el día que no la recuerdes "ese será el día que haya muerto".
Felicidades Antonio, felicidades por recordar a tu padre... ¡no ha muerto¡ al menos para tí.

Un saludo

Arcellón dijo...

Muchas gracias Juan, por haber publicado esta carta dirigida a mi padre.

Debo deciros que la comparto con vosotros con el mismo cariño que lo he hecho con mi madre y mis hermanos. Para mí, la amistad es tan importante y necesaria como la familia y, vosotros sois MIS AMIGOS. Muy orgulloso estoy de vuestra amistad.

Alguien se preguntará los motivos de esta publicación; en primer lugar, por lo dicho, sois mis amigos, también porque hoy es el día del padre, y me gustaría que todo el mundo que aún tenga a su padre en este mundo, especialmente hoy, le dé un abrazo. El tener al padre es un grandísimo privilegio que no valoramos lo suficiente mientras está con nosotros. Por favor, que todo el mundo que aún tenga este privilegio, le dé hoy un abrazo, con regalo o sin él, y le diga lo mucho que le quiere y lo orgulloso que se siente de él.

Mari Carmen, me dejas sin palabras. Gracias por tus palabras y, por ser como eres.
Señor Weyler, no tengo el placer de conocerle personalmente. Creo que es amigo de un amigo mío y, los amigos de mis amigos, también son mis amigos. De todo corazón, muchas gracias por sus palabras.
Juan Antonio, tú también me dejas sin palabras. Sólo puedo expresar a ti y a los demás, mi más sincero agradecimiento.

Muchas felicidades a todos los “papis”, a todos los Pepes, a todas las Pepas y a todos los “Pepines”.

Un abrazo para todos.

Anónimo dijo...

Desde luego, este Arcellón natural de Tierras Blancas, y vecino de Sucina por la Gracia de Dios, se sale del tiesto.
Es facil elogiar a alguien o algo, pero cuando esas palabras1 salen de lo mas hondo de nuestros sentimientos, solo se reducen a dos
¿Madre mia! y ¡Padre mio!.
Yo creo que Padre, Madre, Abuelo junto con Bondad son las palabras
que espresan los mas bellos y profundos sentimientos del ser humano.
¡Arcellón! amigo, producto genuino de aquellas feraces Tierras Blancas, que una vez bien regadas,
son esplendidas en sus cosechas.
Felicidades a todos los Padres, Josés, Josefas y a todas las personas que como Antonio, llevan grabadas en su ser la Bondad.

Y sin que de precente sirva,
tres volteretas por ti me he dao,
que mucho trabajo me han costao.
Anton Pirulero, desde Torre Molina.

ZIPOTE dijo...

Que buen padre y persona el " tio Pepe", que hizo un hijo de su semejanza.
No fue mucho el tiempo que lo conoci pero me sobro para conocer la buena persona que era.

PD Antonio, creo que puede estar bien orgulloso de sus hijos y en especial de ti.
Un abrazo

Arcellón dijo...

Querido amigo Antón, debes añadir a tu lista de palabras esta: AMISTAD. Es la que me estáis demostrando todos, y que agradezco de corazón.

Muchas gracias amigo Zipote. Tú y los tuyos también sois gente maravillosa, y el/la que viene, seguro que no se quedará atrás.

Un fuerte abrazo para tod@s.

Anónimo dijo...

Amigo Antonio comienzas con tu corazón escribiendo hoy he llegado hasta el Arcellón, "que bonito hacer una parada en nuestra vida y regresar a nuestra niñez".
Has plasmado de la mejor formar humana lo que siente tu corazón, abriendolo a todos nosotros.
Amigo Antonio, he reido en más de una ocasión a tu lado, pero hoy me has hecho también llorar de emoción, ojalá algún dia desde el cielo podamos leer tambien nosotros una carta tan llena de cariño y ternura dedicada por nuestros hijos.

Un abrazo.

PIM

Arcellón dijo...

Sonrisas y lágrimas, amigo Pim. Así es la vida; pienso que es bueno, normal, necesario, humano..., el que alguna vez nos emocionemos y, ¿por qué no? derramar alguna lágrima?
Muchas gracias por esas palabras, que sé muy bien, te salen de muy adentro.

Un abrazo

Mari Carmen dijo...

Arcellón, qué bonita carta, no me canso de leerla. De nuevo gracias por compartir tus sentimientos
Un abrazo.
Mari Carmen