¿Vuelve el polvo al polvo?
¿Vuela el alma al cielo?
¿Todo es sin espíritu,
podredumbre y cieno?
No sé; pero hay algo
que explicar no puedo,
algo que repugna
aunque es fuerza hacerlo,
el dejar tan tristes,
tan solos los muertos.
¿Vuela el alma al cielo?
¿Todo es sin espíritu,
podredumbre y cieno?
No sé; pero hay algo
que explicar no puedo,
algo que repugna
aunque es fuerza hacerlo,
el dejar tan tristes,
tan solos los muertos.
Estrofa final de
La muerte es el
ocaso de una vida vivida, para unos desalentadora y trágica, otros tantos la
reciben con ansiada necesidad, pero para todos ellos, el fin de su vida
corpórea es el testimonio de que vivieron, es el hito tras el que se escribe la
historia personal de cada uno. La muerte desvanece la vida pero no destruye sus
pruebas, ellas son el ultimo vestigio de una vida, que solo cabe respetar y
dignificar manteniendo sus restos incólumes tal como fueron religiosamente
sepultados.
Lejos de atender
a lo que dicta el sentido común y la propia moral, el Cementerio Parroquial de
Sucina esta sufriendo un desmantelamiento sistemático de sus mas antiguas
sepulturas, de aquellos difuntos que por carecer de descendientes directos o
estar estos arraigados en otros lugares nadie sufraga el importe de las cuotas
anuales, de este modo, se están exhumando cadáveres sin justificación para
posteriormente ser desterrados como despojos en el mal llamado “osario”, porque mas tiene que ver con
una escombrera; en un foso donde comparten habitáculo cuerpos sin identificar y
escombro. Posteriormente las parcelas expropiadas se ponen a la venta pública cuando
hay numerosas parcelas en desuso en la zona nueva del cementerio.
Semejante sacrilegio solo puede
atender a la mayor de las inculturas, porque deber es de la Parroquia el de velar
por sus feligreses y difuntos, además de preservar el valor histórico de las
sepulturas.
Mientras se
perturba el descanso eterno de los
que se fueron, la Corte Parroquial esta más entretenida en solemnes ceremonias
envueltas de paños púrpuras y eventos recaudatorios que bien podrían cubrir las
cuotas de esos enterramientos históricos desahuciados.