El 21 de septiembre se celebra el día mundial del Alzheimer, fecha elegida por la Organización Mundial de la Salud y la Federación Internacional de Alzheimer.
En 1906 Alois Alzheimer (alemán) describió una nueva enfermedad que producía pérdida de memoria, desorientación, alucinaciones y finalmente muerte. La enfermedad fue diagnosticada por primera vez en una mujer de 51 años, llamada Augusta D. La paciente falleció por una infección debida a las heridas que le habían aparecido por estar inmóvil durante mucho tiempo en la cama y por una infección pulmonar.
El cerebro de la mujer fue estudiado por Alzheimer, que encontró un número disminuido de neuronas en el córtex cerebral, junto con cúmulos de proteínas, unos ovillos o filamentos neurofibrilares en el citoplasma de las neuronas. Estos últimos fueron descritos por primera vez en la historia por este autor.
Se decidió llamar a la nueva patología"Enfermedad de Alzheimer" en honor a su descubridor y el término fue utilizado por primera vez por Kraepelin en la octava edición del Manual de Psiquiatria en 1910. Lo que en aquel momento se pensaba que era una enfermedad rara se demostró posteriormente que era la causa más frecuente de demencia.
El segundo caso fue descrito por el doctor Alzheimer en 1911, fecha en la que también aparece una revisión publicada por Solomon Carter Fuller, un americano que había rotado durante unos años con Alzheimer en Alemania. La revisión incluía a 13 enfermos con demencia con una edad media de 50 años. Su enfermedad se prolongaba alrededor de siete años.
Esta enfermedad es mundialmente recordada el 21 de septiembre: Día internacional del Alzheimer, fecha elegida por la OMS y la Federación internacional de Alzheimer.
CARTA DIRIGIDA AL ALZHEIMERHola, soy Juan.
Me dirijo a usted para decirle algo, una cosa que siento desde hace algún tiempo, es un sentimiento de impotencia y de tristeza que nos ha causado a mí y al resto de mi familia.
Nosotros éramos una familia medianamente feliz, lo teníamos todo incluso hasta cinco generaciones de mujeres durante más de quince años, en fin... una familia al completo.
Un buen día entró usted a formar parte de nosotros,se dirigió a mi abuelo Antonio haciéndose de él de una manera vil y cobarde. Muy hábil y sigiloso empezó a borrar actos y decisiones esenciales de todo ser humano, de esa manera consiguió que nuestro adorable abuelo dejara de reconocer a su familia, se olvidara de que hora o día era, que perdiera parte de su movilidad incluso de que no recordara quien era y que olvidara hasta su propio nombre.
Si señor, eso lo causó usted y sin pérdida de tiempo logró que ese frágil y buen hombre se metiera en una cama durante más de tres años. No se preocupe que no le daré muchas explicaciones de su complicada vida entre esas cuatro paredes, ya que necesitaría más tres años para poder contárselo.
Pero lo que sí le aseguro es que nunca olvidaré lo bien cuidado que estuvo, el afecto que nos transmitió y esos momentos tan angustiosos de su triste enfermedad.
Si a usted esto le pareciera poco, un año después vuelve a meterse en nuestras vidas.
Metiéndose con esa mujer de luto, que sin levantar cabeza te ensañaste con ella igual que un lobo a una oveja. A ese ser que quiero con todas mis fuerzas, a esa abuela nuestra que con tanto cariño y con tanta fuerza luchó junto a su marido para que no ganaras tu guerra. Has conseguido tu propósito si señor, has vuelto a ganar otra batalla, has logrado borrar sus recuerdos; a mí que tanto me quería, llegué a su casa y como de costumbre le dije: ¿cómo está mi María? y con vista perdida me preguntó si me conocía. Ese día junto a otros fue el mas triste de mi vida, reconocí que usted había vencido de nuevo a una mas de mi familia.
Pero debo de confesarle una cosa, usted ha hecho que en vez de rendirnos y doblegarnos a golpe de yunque y martillo, sintamos un afecto especial por estas dos personas. Yo como el resto de mi familia recordaremos a nuestro abuelo, no se nos olvidará de cuidar a nuestra maravillosa abuela y le aseguro que haremos todo lo posible para olvidarlo a usted, a ese nombre al que yo mismo temo, si señor… pero si alguna vez regresa confío que la ciencia pueda ganarle a usted la guerra y si así no fuera, rezaré a Dios para que me de muchas fuerzas.
Juan A. Lopez Iniesta.
Maria Olmos Molina
Y se fué sin morir, sin pronunciar palabra,
se marchó por los campos del olvido,
cuerpo presente viviendo en un pasado,
caminando por el mundo de los vivos.
Lucia Vilches.